Uno de los méritos de la medicina ha sido ejercer un relativo control sobre las enfermedades infecciosas aunque Fleming ya advirtió que el abuso de antibióticos traería la resistencia bacteriana. Otra cuestión son las enfermedades alérgicas. Más que enfermedades, las reacciones alérgicas son reacciones de hipersensibilidad.

Cada vez son más numerosas las personas con algún tipo de intolerancia;  la intolerancia al gluten crece exponencialmente. Otras intolerancias que provocan alergias son la del  polen típica de las primaveras, la del pelo de animales, los  ácaros,  la proteína láctica, la del huevo etc. Otras manifestaciones patológicas que han aparecido estos últimos lustros son la sensibilidad química múltiple y la sensibilidad  a las ondas de baja frecuencia.

Cuáles son las causas que favorecen la respuesta exagerada del organismo frente a alergenos  y que se manifiesta  en personas alérgicas?

El sistema inmune es quién conoce, reconoce y diferencia lo propio de lo extraño. Es asombroso como la estrategia de defensa o muralla inmunológica se puede ver agredida por algunos tratamientos médicos. El atacar indiscriminadamente no ya la fiebre sinó la febrícula actuamos ante un supuesto agresor destruyendo la función de la muralla inmunológica  que nos defiende. Respetemos la respuesta fisiológica de la fiebre hasta 38´5 y tendremos menos infecciones y alergias. Al tomar un antibiótico se elimina el germen pero la capacidad de respuesta biológica o vital está disminuida, necesitaremos incrementar la flora intestinal sana a base de  probióticos y prebióticos.

Otro  factor alergizante es la sobreexigencia que realizamos al sistema digestivo en vías de maduración incorporando alimentos pesados o manipulados industrialmente y de dudosa calidad biológica. A las cantidades diarias recomendadas se les debería exigir la calidad en el proceso de cultivo y elaboración. Muchos son los conservantes que a la larga pueden tener graves consecuencias.

Los efectos de dosis bajas de cualquier sustancia en el organismo es estudiado por una de las ramas de la  toxicología, la hormesis.

Claro que cuando exigimos a la agricultura y a la ganadería el rendimiento de un motor turbo; cómo van a aguantar sin hormonas, fitosanitarios, insecticidas? Las consecuencias que  tales procederes causan en el organismo humano es el aumento de la permeabilidad intestinal que favorece la migración de moléculas incompletamente desnaturalizadas o digeridas y que son reconocidas como extrañas por el sistema inmune con la consecuente respuesta alérgica.

Existen medicamentos biológicos con capacidad de inducir inmunidad que además de llevar huevo oculto llevan  aluminio con el fin de incrementar la respuesta inmune. En nuestro cuerpo, desde los años 80 se ha incrementado sobremanera la cantidad de aluminio; cocinamos con batería de aluminio, también presente en  los desodorantes, en el papel de envolver…tanto aluminio, diez veces más de lo recomendado, puede bloquear las reacciones bioquímicas que dependen de los oligoelementos cuyo efecto es presencial y cuya ausencia  debilita la respuesta inmunitaria ocasionando  lo que se denomina anergia o falta de energía y que además de provocar  fatiga crónica y depresión es una condición propicia que da vía libre a los oncogenes. La otra cara de la moneda son las  alergias.

Sabemos por embriología que una alteración de las funciones hepáticas altera la función barrera  de las mucosas. El hígado como detoxificador o depurador tiene un papel determinante en la mejora del paciente alérgico. Lo tiene también el estrés sea del tipo que sea. El organismo acidificado por la alimentación y el estrés es un factor más en la aparición de las alergias.

Otra causa es la polución atmosférica, podríamos decir sin temor a equivocarnos que las alergias son una de las enfermedades de la tecnobarbarie. La polución interior que provoca el estreñimiento no hay que obviarla.

Jung pensaba que la situación de la persona  enferma va ligada a la de su  colectividad. No es lícito pues hacer un diagnóstico y enfocar un tratamiento de medicina integrativa sin tener en cuenta la época o el medio social en que vive. Lo que es seguro es que la enfermedad aparece en un momento determinado de la biografía y que provoca o tendría que provocar una toma de conciencia que conduciría a un replanteamiento o cuestionamiento y a la  modificación de ciertos hábitos mentales, emocionales o dietético en búsqueda de nuevas perspectivas.

Carl Jaspers decía que la medicina moderna forma parte de la enfermedad de la época y es un síntoma más de la patología social general si  enfoca unilateralmente la salud sobre el bienestar del cuerpo.

En el proceso de individuación, desarrollado conceptualmente por Jung consiste en permitir una autonomía del propio individuo, un largo camino hacia el yo que no tiene sentido si en ella no incluye la noción y desarrollo de la libertad. La noción de separación del mundo interior o microcosmos con el entorno o macrocosmos va  implícitamente acompañada de la idea de límites entre lo propio, dominio del propio yo y el resto del mundo.

El sistema inmune es el órgano que garantiza estos límites o umbrales de intercambio vivo, permanente, simultáneo y dinámico. Del no yo externo al yo propio van estímulos, encuentros, percepciones, diferenciaciones y límites.

Del yo del autista al yo del alérgico, desde la cerrazon casi total a la apertura invasiva encontramos en el paciente alérgico una exagerada respuesta que refleja un estado de intolerancia inmunitaria, como ocurre en enfermedades autoinmunes y que proviene de un sistema biológico o vital debilitado y presionado por un entorno humano-emocional-químico que lo invade y debilita su proceso de individuación.

Felip Ramis